De todos son conocidas las bondades del caracol.
Ya los romanos disfrutaban sus buenos platos cocinados con salsa Garum, mientras conquistaban nuestra Comunidad a mandobles de hierros y latines.Nuestro caracol es el Helix aspersa, el caracol común de huerta y jardines. Viven en recintos amplios, aireados, y húmedos. Y son sus propios alimentos, acelgas, lechugas, calabacines, alcachofas... los que les sirven de refugio.
Por eso nuestros caracoles son especialmente sabrosos, porque su alimentación es de primera calidad, sin manipulación orgánica, ni sujeta a los caprichos del terreno (el caracol puesto a comer se come hasta los ladrillos), sino al cultivo ordenado de todo aquello que, puesto a su alcance, seleccionan al gusto y plena libertad.
Los caracoles son hermafroditas. Producen tanto espermatozoides como óvulos, pero no pueden autofecundarse. Porque no se llegan. Pobrecitos. Aviso para caminantes: la cópula, como todo lo que hace el caracol, dura de promedio de 6 a 8 horas.¡Como no ser apreciados! Sin prisas...sin estrés...y dispuesto a gozar sin hora...
Además de sabiduría nos aportan calcio, hierro, cinc, y vitaminas B1, B2, E y, en grado elevado, Niacinina. La Niacinina es una vitamina que ayuda al aparato digestivo, la piel y los nervios (como es obvio).
Son fáciles de cocinar y si es necesario nosotros te enseñamos.
Los distribuimos en bolsas de 1Kg. a 8 euros.
Seleccionados para ti, nutritivos, y de cría biológica.
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¡Y buen provecho!
¿Cómo se limpian los caracoles?
Los caracoles ya te los servimos purgados. Los pasos que has de dar son los siguientes:
-Poner un recipiente con agua templada y sal gorda.
-Lavar los caracoles tantas veces como necesiten para soltar la baba.
-Aclarar en agua fría.
El resto ya es cocinarlos siguiendo las instrucciones de la madre, la abuela, la vecina o internet.
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