miércoles
LLEGO EL FRÍO A NUESTRA HUERTA
Así nos dejó el hielo. Ateridas. Y blancas como una ola de espumas. Pero dispuestas a soñar con la primavera: esa cosa entre la esperanza, los reencuentros y el placer de haber llegado a donde se quiere. Es lo que tiene la naturaleza, cuatro estaciones de ida y vuelta, dos raíles, y una sola vida para disfrutarla. No estaría de más que la tratásemos con la libertad del aire. ¡Ah, el aire, la mano que nos mece..!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
que bonito... y qué pena tener que esperar tanto para volver a probar las delicias de esta huerta
ResponderEliminar